Hablar de lo mexicano es un tema bastante espinoso, por decirlo de alguna manera. No podría definir si es bueno o malo ser mexicano, no podría definir tampoco los pro y los contra de la identidad del mexicano. Pero sé cosas que me llenan de alegría: Realmente me da gusto haber nacido aquí. Me gusta mi ciudad; caótica, plena, contrastante, indescifrable, incoherente, imponente, mía. Mi comida favorita es la mexicana: tacos al pastor, quesadillas de tinga de pollo con queso, sopes, huaraches con bistec y 2 salsas, enchiladas de mole, molletes con queso gratinado, chocolate caliente con una concha. He conocido lugares hermosos en mi país: las playas de ensueño de Los Cabos, el eterno silencio colonial de Guanajuato, el sonido del mar de Manzanillo, lo pintoresco de Oaxaca, la vida más sabrosa en Acapulco, la magia de los pueblos de Hidalgo, el sol intenso de Hermosillo, y ahora estoy ansioso porque llegue agosto para partir a Chiapas.
No sé si esto me cree una identidad, pero sí me hace feliz. Admito que estoy reduciendo mis reflexiones a mis sensaciones de placer. Sucede que en ocasiones me da por dejar de razonar y me dejo llevar por mis maravillosas sensaciones. Y creo que eso también me define una identidad.
Por último, les comparto 3 reflexiones que tengo de la identidad, cada una argumentada de diferente manera: la primera con un escrito mío, la segunda con una imagen y la tercera con palabras de Octavio Paz (a quien siempre recurro para hablar de identidad o del ser humano).
1. La identidad se pierde, se duda fácilmente
¿Y si yo no fuera cierto?
Si sólo fuera producto de mi gran imaginación
Si fuera un puñado de mentiras que me cuento
Si estuviese hecho de ilusiones y sueños prestados
Si sólo soy un holograma creado por Microsoft para entretener miradas
Si mi cuerpo fuera hielo y se derritiera con el sol
Si fuera el reflejo opaco de alguien que lo olvido en un espejo
Si mis brazos, piernas y labios dejaran de funcionar
Si fuese sólo una sombra que con la luz desaparece
Si mis ojos no fueran más que papel mal cortado al fuego
Si sólo existiera en los recuerdos pasajeros de alguien más
Y si estas palabras no fueran mías
Entonces ¿qué de mí sería verdad?
2. La identidad viene de atrás, de antes. Se construye y se sobrepone.
3. La identidad no la construyo YO, la construimos NOSOTROS.
—¿La vida, cuándo fue de veras nuestra?,
¿cuándo somos de veras lo que somos?,
bien mirado no somos, nunca somos
a solas sino vértigo y vacío,
muecas en el espejo, horror y vómito,
nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie, todos somos
la vida —pan de sol para los otros,
los otros todos que nosotros somos—,
soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros...
La identidad de este blog es de NOSOTROS.
Por cierto, las letras de Octavio Paz del punto 3 son un extrato de "Piedra de Sol".
ResponderEliminarCaray, que buena entrada!
ResponderEliminarHasta me alegra leerla XD
No todo está perdido... por lo que dices creo que hay mucho por recuperar...
Saludos!!
En verdad tengo que leer ese poema, aunque en este estracto no estoy del todo de acuerdo, uno puede ser sin los demás, no tendría mucho sentido, pero de que se puede, se puede... Por otro lado, relacionado con lo que escribiste al principio, eso no te configura como mexicano, te configura como Iván, por las experiencias y gustos personales que si bien aislaste lo que catalogas como mexicano, se combina con una variedad de otros gustos que no tienen nada que ver con lo puramente mexicano, y que entonces todo pierde su etiqueta para simplemente llegar a ti...
ResponderEliminarWorale!! me encantó la entrada y también ambos poemas!! el tuyo y el de OP!!!! Sabes, creo que veo la ciudad y a mi país de una manera similar a la tuya... demasiado... diría yo. Y sabes:
ResponderEliminarRespondiendo a lo que dice Btovsky, yo discrepo... creo que no podemos ser sin los demás, el ser humano se reconoce como tal a partir de la imagen creada por los otros, nuestro instinto está dormido, nos cuesta trabajo buscar nuestro instinto a menos que estemos en peligro o busquemos sexo, porque para eso el ser humano es "re-bueno"... los animales pueden tener ciertas actitudes y acciones sin necesidad de copiar a otros de su misma especie, en cambio el hombre es más limitado, y creo que es una pintura con dos caras, por un lado se limita hasta no ver algo semejante a él, cualquier cosa que esté a su alcance es tomada como su igual, sin importar que no sea su especie, claro bajo ciertas reglas psicológicas, y por otro lado el hombre es capaz de obsevar, analizar y de imitar, puede decidir si está bien ser así a partir de algo o alguien más o no... eso pasa con las familias, siempre copiamos patrones... En fin a lo que iba es que un hombre en una isla es un hombre, sin identidad, sólo un hombre, puede que sea un animal, pero no será ni un ciudadano, ni un ser civilizado, no conocerá conceptos, su lenguaje se verá afectado... necesitamos de alguien más para poder copiar su sistema fonológico, sus movimientos, algunas de sus acciones, etc, y creo que eso es parte de la identidad... un ejemplo, si en un país no se bañan, y en otro país sí, entonces al ir al país hediondo, el habitante de los higiénicos se sentiría incómodo, puede que no soportaría esas costumbres... igual podría pasar al revés. El idioma, según donde naces, es el que será tu lengua madre... en fin,,,, ya me extendí, solo quería debatir hahahaha esto esta chido!!
GRACIAS A TODOS POR EL ESPACIOOOO!!!
DEBATAMOS
Estoy de acuerdo con Kaworutaty y en desacuerdo con el Bwotsky en que no podemos ser sin los demás. El ser humano es un ser social por naturaleza. Un ser que vive aislado de la sociedad no se desarrolla como ser humano, tal vez sólo lo haga biológicamente, pero sigue sin ser un ser completo, sigue sin ser una persona..tomando en cuenta que el término persona significa "digno de ser escuchado" según nuestro maestro Tato pelos blancos jaja (chiste local con Ulises y Sara o tal vez solo conmigo mismo). Así que Brotsky, lamento discrepar contigo.
ResponderEliminarPero estaríamos hablando de dos cosas diferentes: el ser humano como ser social, el que se forma a partir de los demás, comparte, adopta, imita, etc... En eso sí estoy de acuerdo Grekh, una persona se forma en una sociedad, y aún así aislado como Tarzán, adoptará conductas que observe en los animales (¿a poco no estaría genial hacer un experimento así? jaja...)
ResponderEliminarPor otro lado, está lo que dice Kaworutaty, de que el ser humano necesita ser reconocido por el otro para poder ser, es ahí donde no estoy de acuerdo. Sí, me puedo formar a partir de los demás, pero si de esa configuración única resulta algo totalmente nuevo, una nueva ideología y forma de ser, ¿de verdad es estrictamente indispensable que el otro la reconozca o es suficiente con que uno mismo lo haga? Estaría bueno esto como tema para post...
¿es estrictamente indispensable que el otro la reconozca o es suficiente con que uno mismo lo haga? pregunta Bto..
ResponderEliminarConcuerdo con Kaworu y Grekh, claro que es necesaria la presencia del otro. Como reconocimiento, como contraposición o como mera co-existencia. La identidad parte del otro, de no ser el otro y ser uno mismo.
Por lo tanto, en la soledad, en la invidualidad no hay identidad propiamente, no se puede decir que se tienen rasgos propios, cuando no existe la posibilidad de que sean de alguien más (de diferenciarse de alguien más).
Un saludo a todos!!